Esclavitud al trabajo

Todos los padres han tenido y tienen problemas con los hijos, pero, por si fueran pocos los de siempre, surgen otros nuevos, y la edad de la tontería, esa etapa en la que la mayoría de los jóvenes se vuelven insoportables creyendo erróneamente que están de vuelta de todo, está dejando de ser el principal. Porque, para ellos, el acné juvenil comparte importancia con la imagen personal, de tal modo que viven preocupados por la ropa, los movimientos, el lenguaje, y, lo más inquietante: el físico. Posiblemente sea debido a que en esta época que vivimos la imagen cobra una fuerza inusitada, como algo casi fundamental para triunfar en la vida, o por lo menos ese parece ser el mensaje de la publicidad repetitiva que nos abruma constantemente, esa técnica moderna de manipulación parecida a un arma, a veces destructora, en manos de los que tratan de venderlo todo a cualquier precio.

Gran parte de culpa, aunque no toda, la tienen las modas, esos absurdos patrones que aparentemente van cambiando, aunque, en realidad, se repiten cíclicamente, como otras muchas cosas que forman parte de la historia. Y, aunque la moda afecta a ambos sexos, la que suele llevar la peor parte es la mujer, generalmente más preocupada por su imagen personal. Recuerden aquella moda de la palidez mortecina de nuestras tatarabuelas ---ojalá no se repita---, conseguida a base de ingerir grandes cantidades de vinagre, sin saber que la consecuencia de tan inocente costumbre era la anemia, fatídica enfermedad que en muchos casos las arrastraba a la tumba, sino a todas las bellas sí a las más fieles de aquella absurda tendencia. Tan absurda como «la cintura de avispa» de los años cuarenta y cincuenta, cuando muchas mujeres inmolaban sus últimas costillas en la mesa de un quirófano, al igual que un sacrificio ritual, en aras de una moda absorbente y endiosada. Y tantos otros ejemplos absurdos a lo largo y ancho de la historia, una historia en la que la moda siempre ejerce el papel de una gran tirana que esclaviza a quienes tratan de seguirla.

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